Cultura Digital 5 minutos de lectura

Cómo proteger tu tienda, bar o pequeño negocio de estafas digitales

Introducción

Cada vez más pequeños negocios dependen de la tecnología: TPV, banca online, facturación electrónica, WhatsApp Business, pedidos por Instagram, reseñas en Google Maps…
Pero al mismo tiempo, muchas estafas digitales se dirigen precisamente a quienes no tienen un departamento de informática, sino un par de personas trabajando a la vez en caja, barra y administración.

La buena noticia es que no necesitas saber de ciberseguridad para evitar la mayoría de las estafas. Solo necesitas algunas reglas claras y realistas que puedas aplicar en tu día a día.

Por qué tu negocio es un objetivo

Los estafadores saben que una pyme, una tienda o un bar:

  • No suele tener personal dedicado a seguridad.
  • Recibe muchos correos, facturas y llamadas de proveedores.
  • Maneja dinero, datos de pago y acceso a cuentas bancarias.
  • Usa redes sociales como canal principal de comunicación.

Esto los convierte en un blanco ideal: mucho impacto con relativamente poco esfuerzo para el atacante.

Estafas más frecuentes en pequeños negocios

1. Facturas y renovaciones falsas

Te llega un correo o carta con una factura “pendiente” de servicios de hosting, dominio, luz, telecomunicaciones o supuestas licencias:

  • La empresa no te suena o no recuerdas haber contratado nada.
  • A veces usan nombres genéricos: “servicio técnico web”, “soporte informático”, “registro de marca”.
  • La cantidad puede ser baja para que pagues sin cuestionar.

Regla de oro: si no estabas esperando esa factura, no la pagues hasta verificarla por teléfono con el proveedor real.

2. Cambio de número de cuenta en una factura real

Este fraude es muy común: interceptan o falsifican una factura de un proveedor legítimo y cambian el número de cuenta. Tú crees que pagas al proveedor de siempre, pero el dinero va a una cuenta fraudulenta.

Medida básica: para cualquier cambio de cuenta bancaria, confirma SIEMPRE por teléfono, usando un número que ya tuvieras de antes, no el que aparece en el correo.

3. Falso técnico de banco, operadora o TPV

Llamadas que dicen ser de tu banco, de “la central de pagos”, de tu operadora o del proveedor del datáfono:

  • Te piden que entres en un enlace para “verificar seguridad”.
  • Te piden claves, códigos SMS o que instales un programa en el ordenador.

Ningún banco ni proveedor serio te pedirá códigos o contraseñas por teléfono, WhatsApp o SMS.
Cuelga y llama tú al número oficial de tu banco o proveedor usando el teléfono que figura en su web o en tu contrato.

4. TPV y Wi-Fi mal configurados

Un error muy habitual es tener el TPV (datáfono) conectado en la misma red que el Wi-Fi de clientes. Esto permite que cualquiera conectado a tu Wi-Fi pueda intentar escanear o interferir con la red interna.

  • El TPV y el ordenador de facturación deberían estar en una red separada.
  • El Wi-Fi para clientes, siempre con red de invitados.

5. Secuestro de cuentas de redes sociales del negocio

Muchas ventas entran por Instagram, Facebook o WhatsApp. Si pierdes el control de esas cuentas:

  • Pueden pedir dinero a tus clientes haciéndose pasar por ti.
  • Pueden borrar tu contenido o publicar cosas que dañen tu imagen.
  • Pueden cambiar correos y teléfonos de recuperación.

Esto suele empezar con un mensaje de “verificación de cuenta”, “infracción de normas” o “confirmación de identidad” con enlaces falsos que imitan páginas de Meta o de soporte.

Cómo reducir el riesgo en tu negocio

1. Política clara de pagos

  • Solo se realizan pagos a cuentas bancarias conocidas y verificadas.
  • Todo cambio de cuenta se confirma por teléfono con el proveedor.
  • No se pagan facturas “urgentes” sin revisar quién las emite.

2. Red separada para TPV y Wi-Fi de clientes

  • Si usas el router de la operadora, pide ayuda para configurar una red separada para el TPV.
  • Nunca conectes el datáfono a la misma red Wi-Fi que usas para el móvil personal o los clientes.

3. Protección de cuentas bancarias (empresa)

  • Accede a la banca online solo desde dispositivos de confianza.
  • Activa notificaciones por movimiento (SMS o app).
  • Usa autenticación en dos pasos (MFA) siempre que sea posible.

4. Redes sociales del negocio

  • Activa MFA en Instagram, Facebook y cualquier red que use tu negocio.
  • Usa correos y números de teléfono profesionales, no personales.
  • No hagas clic en enlaces de mensajes directos que dicen ser “soporte” o “verificación”. Si dudas, entra en la app directamente, no desde el enlace.

5. Forma al personal (aunque no sea técnico)

No tiene sentido que tú tengas cuidado si quien atiende caja, barra o recepción pulsa cualquier cosa “por ayudar”.

  • Define la regla de las tres preguntas antes de pulsar: ¿Quién lo envía? ¿Tiene sentido que me lo envíen? ¿Lo esperaba?
  • Deja claro que nadie debe dar códigos, contraseñas ni datos bancarios por teléfono o chat.
  • Si hay duda, la norma es: “no se hace nada hasta consultarlo”.

Errores típicos de los que luego te arrepientes

  • Pagar una factura “porque solo son 60 €” sin revisarla.
  • Dejar el TPV en la red de clientes “porque es más fácil”.
  • No activar MFA en redes sociales o correo del negocio.
  • Permitir que cualquiera en el local instale cosas en el ordenador principal.
  • Usar el mismo correo y contraseña para todo (banco, redes, facturación…).

Checklist rápida

  1. ¿Verificas proveedores y cambios de cuenta antes de pagar?
  2. ¿Tienes el TPV en una red separada del Wi-Fi de clientes?
  3. ¿Tienes activadas notificaciones de movimientos en la banca del negocio?
  4. ¿Tus cuentas de redes sociales tienen MFA activado?
  5. ¿Tu equipo sabe que no debe pulsar enlaces ni dar datos sin preguntar?

Conclusión

Los pequeños negocios no caen en estafas por falta de inteligencia, sino por falta de tiempo, de información clara y de reglas sencillas. La tecnología no es el enemigo de tu tienda o tu bar: lo es la prisa con la que se toman ciertas decisiones.

En Gondor creemos que la seguridad digital para pymes debe ser práctica, honesta y realista: menos miedo, más criterio y unos pocos hábitos que marcan la diferencia.